domingo, 13 de abril de 2008

NOCHE 17 - MALDITO SEA TU NOMBRE.

Una semana después de haber estado con Bárbara; El Escándalo se convertió en SCANDALO apostando infructuosamente ser un salón de baile, posteriormente un bar gay para finalmente aspirar ser una versión VIP de su hermano; con algunas de las “Divas” del local contiguo junto a un novísimo staff aunque siempre con la misma decoración y fachada); mientras que La Tentación a partir de ese momento intentó regresar por lo que era suyo…aunque en realidad nunca pudo volver a ser el mismo de antes: poca afluencia aún en días que deberían estar hasta el tope, un ambiente apático, una remodelación que lo hizo aún más impersonal, un local que presentaba pocas novedades, cambio constantes de gerencia, una plantilla que se renovaba pero que no lograba convencer del todo y que además se quejaba abiertamente de que el negocio no funcionaba; con clientes que no se dignaban en pagar copas pero que eso sí, se mostraban mucho más abusivos; mucho ticket table, sí, pero poco sustancial a la hora de hacer las cuentas, capitanes que no daban las condiciones más adecuadas para poder trabajar....

Con sólo dos días de reabierto La Tentación, me sentí totalmente atraído en ir, sin saber que esa noche se desencadenarían dos hechos que trastocarían todo.

No había pasado siquiera 20 minutos cuándo ya YOLANDA, una boletera madura, medio confianzuda y engorrosa que llevaba sólo un par de semanas trabajando ahí junto a otra nueva boletera llamada MARCELA, ésta joven y simpática; ya me andaba saludando y prometiéndome que me traería a Alexandra, la cuál ya había regresado a las andadas, después de recuperarse de su lesión.

Aún pidiéndole que esperara un rato, ya tenía en cuestión de segundos a Alexandra postrada frente a mí... sólo que con un pequeñísimo detalle: estaba completamente alcoholizada. Y las cosas se iban a poner feas.

Alexandra para ese momento estaba consciente, pero a un paso de que se le volara la cabeza después de haber tomado sopetecientas copas. Los síntomas: repetición “ad absurdum” y con dificultad de incoherencias y actitud desinhibida tomando aún más, considerando que ya no tenía nada que perder. Hasta ahí, todavía las cosas se mantenían tranquilas.

Pero, era de esperarse que eso no iba a durar. Así que al rato, ya andaba de agresiva, haciendo desfiguros, realizando presentaciones de proporciones épicas, dejándote solo para irse a otras mesas, y después cuándo se le pegaba la gana, regresaba a la tuya.

(¿Por qué carajos se me ocurre, ante tal panorama, gastar en ella; sí no se puede ni sostener? No sólo la estoy pasando súper mal; sino que hasta estoy siendo regañado por gerentes, compadecido por meseros, bromeado por boleteras y visto por muchas de las chicas burlonamente. Se podría decir que estoy en medio de un maldito predicamento. El ambiente se ha enrarecido. A Alexandra ya se la llevaron los de seguridad a camerinos prácticamente arrastrándola y no creo ya que salga de ahí en lo que resta de la noche. Aunque ciertamente tampoco me quedan muchas ganas de seguir viéndola. Creo que es momento de largarme “right here, right now” no sin antes pedir que me devuelvan mi dinero. Un momento, un momento, ¿de verdad puedo ser tan ingenuo para creer que a alguien aquí le interesará mi desgracia? Además uno de los capitanes acaba de recordarme la regla #10:

- “EN EL MUNDILLO DEL TABLE DANCE, LA CASA NUNCA PIERDE”. A menos de que se sea influyente o se sea más cabrón que bonito; se puede hacer lo que se quiera: ponerse al tú por tú con el capitán del lugar, escenificar un berrinche, montar en cólera aventando vasos y ceniceros por doquier, usar pacíficamente la labia con el gerente o portarse cínico y negarse a pagar. Se puede hacer lo que se crea más conveniente, total es imposible ganarles a los hombres de traje. En todo caso, lo que se puede obtener por andar discutiendo es que te saquen billetes, monedas, celular y reloj a punta de patadas.

Así que sólo puedo resignarme. La casa me ofrece una cerveza de cortesía y me sugiere llamarle a alguien más. ¡Puta, lo que menos quiero en estos momentos es permanecer aquí! Únicamente quiero olvidarme de todo, irme a dormir, no pensar en éste mal rato que estoy atravesando, posiblemente más tarde, darme de topes y... acabo de ver a Bárbara.).

Ahí todo dio un giro inesperado.

No hay comentarios: