martes, 25 de marzo de 2008

NOCHE 11 - CÓMO CONVERTIRSE EN CELEBRIDAD SIENDO TESTIGO ANÓNIMO EN SÓLO CINCO NOCHES.

Se me haría absurdo e inútil, detallar cada una de las veces que me encontré a Alexandra después de esa noche, contar cuántas copas le pagué, relatar qué es lo qué hacía en zona de ticket table (¡!), confesar en cuántas ocasiones me emocioné por verla arriba del escenario y en cuántas me cuestioné si en realidad estaba o no interesado en ella.

Así que, aquí es pertinente hacer otro paréntesis. Nunca me percaté cuándo sucedió, pero el hecho es que súbitamente, todo pinche mundo me ubicaba y sabía que iba única y exclusivamente a ver a Alexandra. ¡Chale, chale, chale! ¿Qué es lo que había hecho para que entre el putero de banda que solicitaba a Alexandra todas las noches, yo no hubiera pasado desapercibido y para que de repente, los gerentes, los meseros, boleteras cómo ERICKA o BERENICE, el resto de las chicas cómo GINEBRA (una joven “wannabe” cuyo tinte de cabello rubio siendo ella exageradamente morena era tan ruidoso cómo una palmera en plena tundra) o ABIGAIL (una señora de malos modales y de sensualidad anodina); y hasta GERARDO (el taxista que recogía y llevaba a su casa a Alexandra), me conocieran bien con tan sólo un puñado de ocasiones que habia asistido?

El tiempo disiparía la duda del por qué ahora era conocido cómo “El Novio de Alexandra” (¿?).

Por el otro lado, no tuve ni el valor ni las ganas de preguntarle si algún día podría entrevistarla. ¿La razón? Eventualmente conocí su secreto: después de todo, su rebeldía era sólo un disfraz.

No hay comentarios: