domingo, 30 de marzo de 2008

NOCHE 15 - EL ETERNO FEMENINO.

¿Qué pasa si se junta en el mismo lugar a dos soberanas representantes del amor comprado y de la belleza sintética? Que sólo es cuestión de esperar para que surjan problemas. Y si uno está en medio del colapso, es irresoluble que también se salga perjudicado.

Todo mundo me advirtió en su momento que Alexandra era profundamente posesiva y que brotaban en ella unos celos incontrolables los cuáles la convertían en una hija de puta… y yo nunca hice caso.

Haciéndole honor a la regla #1 “EN EL TABLE DANCE TODO SE RIGE POR INTERESES Y DINERO”; resultaba hasta justificable que Alexandra peleara con uñas y dientes ser la primera y la única y que viera a sus compañeras cómo enemigas, cómo incomodas competencias, cómo las responsables de que su dinero ese día estuviera en riesgo.

Pero regreso al factor psicológico. Ese es el que me interesa.

Regla #3 “EN EL TABLE DANCE, LA VANIDAD Y FEMINIDAD SON FACTORES VITALES”. Quizás sean el todo. Saberse deseadas. Estar conscientes que las necesitas. Que entre el mar de mujeres la escogiste a ella. Que a diferencia del resto, a ella la ves diferente. Ese es el jugo que hay que explotar. De ahí depende todo, para que uno pueda rebelarse ante la rutina.

Ellas huelen quién es un cliente más, cuyas intenciones no van más allá de tener compañía un rato mientras toman sus tragos, eventualmente agarrarle las nalgas a la que se deje y ya muy prendido comprar su correspondiente baile privado; y quién es diferente, aquel con el que podrá hacer química, pasándola bien, teniéndole confianza (dándole su teléfono o confesándole algún secreto) y a la postre si dicha persona es habitual en el lugar (que por lo general lo es), tenerle ciertas deferencias y considerarlo su amigo. Así mismo perciben cuándo eres sincero y aprecian cuándo las tratas como seres humanos.

Así que para una bailarina, no ser aceptada en una mesa, ser sustituida abruptamente en medio de la plática y/o el flirteo o no ser la única opción para el cliente; no es perder una buena oportunidad: es una humillación, restregándole que su esfuerzo no tiene valor alguno y demostrándole que no es tan indispensable cómo quiere suponer.

Por ende, si eras un cliente identificado por Alexandra y optabas (¿osabas?) por escoger a otra persona previa y sobre todo posteriormente; ella no dudaba en asaltar tu mesa, no importándole con quién te encontraras acompañado, para exigirte una explicación, gritarte, reprocharte y verte con una mirada demasiado pesada para terminar retirándose indignada.

Ser popular y saberse deseada termina siendo para una bailarina, una horrible arma de doble filo. Por una parte alza su autoestima hasta el cielo, ya que está consciente de que controla a su antojo la suerte de sus compañeras, la libido de los hombres y de que todas las condiciones giran en torno suyo. Pero por el otro lado toparse que por muy “Diva” que sea no es la única, puede herirle de muerte el orgullo.

Sin embargo, por más desaguisados y descalabros que pudiera protagonizar, Alexandra todavía no encontraba la horma de su zapato. Se podría afirmar que ya había experimentado los dos lados de la moneda, pero todavía sin consecuencias. Seguía siendo la estrella de siempre.

Cómo yo no tenía ni carácter ni fuerza de voluntad ante ella, Alexandra sabía perfectamente que no tenía por qué preocuparse si me veía saludando a alguna de sus compañeras o estando fugazmente en compañía de otra; era sólo cuestión de imponer su presencia, para librarse de ellas.

Cuándo me vio saludar efusivamente a Bárbara, Alexandra perdió su confianza. Su semblante cambió acentuadamente. ¿Y dónde fue muy notorio esto? Cuándo Bárbara se despidió de mí y se retiró a los vestidores, Alexandra se dirigió intencionadamente al mismo lugar. Cuándo regresó a mi mesa me dijo con el rostro desencajado que le había cuestionado a Bárbara cuál era la relación que llevábamos y que de dónde me conocía. A su vez, me pedía que sin mentiras, le diera mi propia explicación, porque Bárbara le había dicho que ya nos conocíamos meses atrás.

Alexandra supo que por fin se había encontrado con una rival digna.

¡Como quisiera presumir que yo era el responsable de que una rivalidad iniciara! pero estaría mintiendo. En realidad el enfrentamiento no se trataba siquiera de bailarinas, sino de dos chicas que querían demostrar quién era mejor como “mujer”, y yo era sólo el pretexto.

Era improbable de que las cosas volvieran a ser iguales. Era complejo controlar dos personalidades tan fuertes. Quizá fue mera ingenuidad, pero en particular a Alexandra y a Bárbara, siempre las vi con otros ojos.

De acuerdo, Alexandra era medio convenenciera y tenía (¿tiene?) serios problemas con el alcohol y las drogas. También es cierto que no lo pensaba dos veces en coger con el primero que le pagara. Vamos, según los parametros nihilistas de este mundillo, uno debería ser un pendejo si se involucraba con ella y no pensaba en cogérsela; porque era fácil y relativamente barato.

Sin embargo, eso a mí me valía. La veía y no podía evitar decirle que sí en todo. Nunca pensé en cogérmela. Igual sí era muy sencillo. Igual a ella sí le prendía demasiado tener sexo de esa manera y no me hubiera tomado a mal mi propuesta de pagarle. Pero a mí eso no me interesaba. Lo que pretendía era saber cómo se sentía, en qué pensaba y qué deseaba. Y a pesar de su hermetismo, mi necedad era aún más fuerte. Creo que siempre he tenido algo de masoquista.

Por su parte, ver cómo Bárbara emanaba delicadeza de forma casi etérea, cada vez que bailaba con “Ella y Yo” de Don Omar y Aventura o “Tu Príncipe” de Zion y Lennox, se desnudaba, caminaba por los pasillos del lugar, saludaba, sonreía, tomaba su copa de anís, la escuchaba hablar y se despedia; generaba que en lo que menos pensara era en verla como objeto sexual. Igualmente me interesaba saber más de ella, de la “persona” no del “personaje” de “femme fatale” que adoptó.

Cómo una perversa ironía, por una coincidencia que me dejó a las puertas del antro; sólo me tardé dos días en regresar a El Escándalo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Exelente blog me dirijo a unos sitios parecidos jaja son tan interesantes y entretenidos y en todos es lo mismo con las chicas bien hecho